Supongo que la verdadera amistad no se trata de quien vino primero o de quien te conoce mas tiempo, se trata de quien llego y nunca se fue
Bienvenido a mis sentimientos.
sábado, 21 de marzo de 2015
sábado, 8 de noviembre de 2014
Por qué no se habla de aquellos que se esconden en un verso porque es la única manera de poder entender todo lo que llevan a sus hombros, aquellos que sienten que sonreir es únicamente otra excusa que darles para que les partan los dientes, quien les dice 'para' a los que necesitan la velocidad para hacer latir su corazón, los que se enganchan a los precipicios, se hacen adictos al vicio que supone vivir sin frenos. Besos, besos, noches que son precipicios, caídas libres que te hacen palpitar tan tan rápido que no puedes contar el latido por segundo. Y la razón te pide que frenes, te recuerda que nos sabes volar y que vas a caer en picado, que esta vez no te puedes enamorar. Qué te hizo pensar que podrías ordenar este caos de cabeza y corazon, qué te hizo creer que podria reemplazar el dolor de un papel en blanco por un tarasco a beso o muerte. El tiempo te ha enseñado que yo soy mas de versos y de buscar la suerte en los lugares menos indicados, que la busco en bocas que contaban mentiras y que miras por donde miras solo vas a encontrar a una persona perdida. No es culpa tuya todo esto, yo ya estaba perdida antes de conocerte, ya era un desastre, ya era demasiado niña para la vida y demasiado mujer para el amor. Y aunque es cierto que contigo aprendí a ver el vaso medio lleno deberías saber que solo me ha servido para ahogarme.
viernes, 7 de noviembre de 2014
No conozco peor final que haberte quedado con ganas de más. Pero saber que lo que un día fue nunca podría volver a ser igual. Que las personas cambian con los años (pero más con los daños) y echar de menos a alguien significa echar de menos lo que esa persona era, no la que es ahora. Y que pena que a veces la mejor opción sea vivir del recuerdo. Que cualquier tiempo pasado fue mejor (o eso suelen decir), pero también dicen que lo que viene siempre es mejor que lo que se va. Aunque me quedo con lo de mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y es que a veces no vendría mal volver a repetir algún ratito con algunas personas que has dejado atrás. Y cambiar el 'adiós' por un 'hasta pronto'. Y cambiar todas las despedidas por 'cuanto has cambiado'. Porque eso significa volver a ver y volver a ver quiere decir que nunca te vas del todo. Y es que deberíamos estar programados para conservar siempre a nuestro lado a las personas que un día fueron importantes. Pero los cambios siempre llegan arrasando con todo y nunca dejan nada tal y como estaba. Acostumbrarse a las cosas buenas nunca va a ser bueno. Y echar de menos tampoco.
sábado, 1 de noviembre de 2014
En el fondo sé que lo habría hecho mejor. No digo diferente, digo de la misma manera, pero mucho mejor. Porque hay masajes buenos y masajes que se ríen de la mayoría de los orgasmos. Pues eso, victorias mejores que orgasmos. Colores de pintalabios que pegan con el color de mis paredes.
Si me atreviese a preguntar, tendría respuestas para todo. Y no tendrías que haber cambiado para ser lo que algún día llegaste a odiar. Nunca he evitado los cambios, pero que no sé, que me gustan más las sudaderas con letras en el pecho que las camisetas con números a la espalda. A lo mejor es porque todavía recuerdo los abrazos hasta que dejabas de llorar, o hasta que empezabas a hacerlo.
No lo dije en su día, y si lo escribo ahora es para que no se entienda, usé las pilas de mi reloj favorito para ponérselas al mando de una televisión que solo echa las peores películas del mundo. Quiero decir, podrían ser buenas películas, pero al lado de la compañía equivocada. Claro que desde entonces nunca he querido ver ninguna serie con nadie. Prefiero no hacer planes a dejar series a medias.
Pero vamos, que yo he aprendido a dormir sin que me duela nada y tú has aprendido a no llorar a pesar de que te duele todo. Creo que es malo porque parece demasiado bueno. Es tan difícil odiar algo que no sabemos que nos está matando… A lo mejor es eso, a lo mejor es que nos gusta seguir muriendo. A lo mejor es que ya estamos muertos.
O quizás, lo que pasa es que tú crees que estás bien y yo sé que podríamos estar mejor. No me jode lo que no ha sido, me jode lo que dejo de ser.
..Unos años después sigo sin saber ganar, pero pierdo mejor. Tampoco sé despedirme, pero ya no le doy la bienvenida a cualquiera. Y me sigue gustando dormir acompañado, y eso sí que no pienso cambiarlo nunca. Y claro que he aprendido a emocionarme al ver cumplirse sueños ajenos, y claro que he aprendido a rodearme de gente que me ayude a cumplir los míos.
He conocido los ojos más bonitos del mundo, la boca más bonita del mundo, los escalofríos más largos del mundo. Ahora prefiero los sabores ácidos, las tostadas de aceite, los tés y las zanahorias.
Que es por ellos, que es gracias a ellas. Que no sé si podría haber aprendido más cosas, pero estoy convencido de que no las podría saber mejor. Volvería a conocerlos, a besarlas, a abrazar cuando no hay consuelo y a animar cuando lo conseguimos todo.
viernes, 31 de octubre de 2014
Hablando de amor.. tan ridículo me parece los que creen que amar es sufrir como los que creen que es algo mágico que puede con todo.
El amor debe ser como comer una bolsa de pipas con sal, sin beber y al terminar, pedir más.
El amor debe ser como entrar a una tienda, ver algo que te gusta y cogerlo sin mirar el precio.
El amor debe ser como querer que te arropen el corazón.
El amor debe ser parecido a que te guste la ropa de rebajas ( y no la de nueva temporada) y tengan tu talla.
El amor debe ser como no tener que saltar nunca al vacío porque no hay precipicio.
El amor debe ser parecido a una siesta con mantita y babas.
Moraleja: No es el amor lo que puede con todo, son las ganas. Porque el amor no se encuentra, se construye.
sábado, 18 de octubre de 2014
Que acabases siendo mi talón de aquiles, mi punto débil, la sonrisa que me crea dependencia, o la cintura que encaja en mis manos. De cerrar la puerta de mi corazón con llave y pestillo, y dejar que la guardes tú. De volar sin alas en tu cama, o de estrellarnos juntos. De dejarme disparar si eres tú quien me apunta al pecho, y de que sean mil los clavos que me dejes clavados.
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