miércoles, 17 de septiembre de 2014

Quedarse afónico siempre fue algo bueno. Porque nunca hay fiesta de más, ni orgasmos en voz baja, ni un te quiero susurrado es lo mismo que a gritos.Igual que es mejor tomarte la copa con dos hielos, y beberte su boca con infinitas ganas.Y no me importa pactar mi voz por fiesta, amigos, te quiero's a gritos y orgasmos que rasguen la garganta.

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