Cada día estoy más segura de que existen los amigos salvavidas. Que llegan por casualidad, o tal vez intencionadamente, y te cambian. Te cambian la forma de ver las cosas, de actuar. Te hacen abrir los ojos ante determinadas situaciones. Te dicen la verdad cuando hay que decirla, aunque duela. Aunque una verdad dicha por una persona que seguidamente tienes el 100% de sus ánimos no duele tanto. De una persona que nada más llegar te ha puesto la vida patas arriba. Que ha llegado un lunes, y te está haciendo los planes del sábado y domingo sin aún saber qué vas a hacer el martes. Y te repite cada día esos planes, no una vez, sino las suficientes como para acabar odiándoles. Bueno en verdad no. Es imposible odiar algo si va a estar esa persona. Y luego están sus preguntas de cada día, sin excepción, las de "me quieres?".
No hableis de rutinas botinas si no la conoceis a ella. Me da igual todo lo cursi que pueda sonar esto, pero es que ha dado tanto por mi en tan poco.. Y me quedo tan corta si me pongo a decir todo lo agradecida que estoy de que haya llegado.. Para mi la definición de suerte eres tú.
Eres mi llamar en caso de emergencia que pueda escribirse en todos los formularios. Eres mis donde. Mis cuando. Y eso sin hablar de mis por qué. Por ti me tomaría fríos todos los cafés del mundo, porque estaba ocupada haciendote feliz. Y explicarte que la rutina es solo lo menos fantástico de la vida. Y que el dolor es solo la parte menos buena del amor. Que he invertido el tiempo en ti y he ganado. Que aunque últimamente la vida me duela un poco mas. Y los recuerdos. Eres mi terapia preferida.
ResponderEliminarPorque contigo no me duele dejar gastadas todas las canciones. Porque nunca se me dio bien querer. Ni que me quieran. Pero tenías que llegar. Sé que tenías. Tenías que llegar con sonrisas y dándome oportunidades sin hablar. Y razones. Y algo por lo que poder brindar. Tenías que llegar y enseñarme que la felicidad nace en el estómago cuando escucho a otras bocas hablar de ti. Como si nada. Y yo solo puedo pensar que cuando te nombro, se me ilumine la mirada. Y la vida.