sábado, 31 de mayo de 2014

Casi te puedo escuchar pensar en el tiempo que ha pasado desde la última vez que hiciste lo que querías y no lo que los demás esperaban que hicieses. El espejo retrovisor refleja lo que has dejado atrás, pero te da vértigo mirar.  Haces espacio en el maletero a un par de cicatrices que nunca has enseñado a nadie y a la colección de "que hubiera pasado si" que llevas arrastrando desde que no te pidió que te quedases. Tres suspiros. Como las copas que te hicieron falta para preguntarle su nombre. Como los meses en los que (se supone) que tardas en olvidar a alguien. Repites las letras del abecedario mientras juegas con las chapas de la cerveza que te acabas de beber. La misma inicial de siempre. Mierda. La radio escupe 'para ti' de Pignoise y sigues siendo igual de gilipollas que cuando tenías 15 años. Tiras la lata por la ventanilla. No dejas de ver señales (y no me refiero a las de tráfico). Las gafas de sol no te dejan ver las lágrimas, pero pondría la mano en el fuego a que si ella te preguntase que qué te pasa utilizarías la excusa de siempre con tal de no reconocer que estás roto. El GPS indica 237 kilómetros a tu destino. No puedes evitar pensar que hay silencios que separan más que kilómetros. Y que ironía eso de que a veces sean precisamente las personas que tenemos más cerca a las que más echamos de menos.

domingo, 25 de mayo de 2014

sábado, 17 de mayo de 2014

No intentéis buscar a nadie mejor porque no lo vais a encontrar

Después de 5 años, aquí seguimos. Después de 5 años, después de enfados, de que se haya ido una gente y haya entrado otra, de haberlo pasado mal, de haber tenido nuestros momentos en los que nadie nos paraba. Después de todo, seguimos siendo nosotras. Sigues siendo tú la que está ahí incondicionalmente, sin esperar recibir nada a cambio. Sigues siendo tú. La de siempre.Y vas a seguir siendo tú mucho tiempo más. Porque a quererte no me gana nadie y a mantenerte a mi lado tampoco.

lunes, 12 de mayo de 2014

He aprendido que más vale tarde que nunca y que las segundas oportunidades son las últimas. Que la confianza que se pierde muy pocas veces se gana y que no se debe confiar en quien más confías. He aprendido que mejor solo que mal acompañado pero que la compañía siempre es necesaria. Que la soledad está bien pero que emborracharse de ella trae la peor de las resacas.
He aprendido que no debemos darnos por vencidos y que el te quiero, a la cara, suena mejor. Que el whatsapp lo carga el diablo y que déjate de mensajes y hazme una visita.
He aprendido que el color rosa no siempre es de chica y que a ellos también les gustan las mariposas.
He aprendido que en el amor más vale ser honesto y que mirando a los ojos siempre surge la risa. Que los miedos se van si tienes quien te proteja y que los traumas dejan de ser traumáticos si cierras los ojos.
He aprendido que quien apuesta por ti estará siempre y que quien no lo hizo no lo hará nunca. Que lo más antiguo no tiene por qué ser lo mejor pero que lo que dura será bueno siempre.
He aprendido que la vida se disfruta más sonriendo y que para llorar siempre tenemos las películas. Que toda decisión tiene su coste de oportunidad y que todo tiene que valer la alegría, no la pena.He aprendido que el dolor es inevitable pero que sufrir es opcional.He aprendido que hay personas que cambian, sin ticket ni etiqueta.
..Tenemos la mala costumbre de dejar para luego, de reír poco y de querer hacerlo mañana. Tenemos la mala costumbre de echar de menos, en lugar de hacerlo de más. La mala costumbre de usar los luegos y no los ahoras. Luego te llamo, luego te escribo, luego te contesto, luego nos vemos. Y obviamente nunca llamó, nunca escribió, nunca contestó y nunca fue visto. Tenemos la mala costumbre de querer tarde. De valorar tarde. De pedir perdón demasiado pronto. Debería haber un número máximo de perdones. Perdonar nos hace grandes, de acuerdo, pero cuando tienes que perdonar todos los días, al final un lo siento se convierte en el comodín de cualquier pretexto injustificado, innecesario e inmerecido. Tenemos la mala costumbre de defender al malo y descuidar al bueno. De contar mentiras tra la rá y de tener que hacer un máster para descubrir verdades. Mantenemos en nuestra vida “amigos” porque sí y llenamos nuestras agendas de compromisos a los que realmente no queremos ir. Tenemos la mala costumbre de sentirnos mal por decir no y de creernos mejores por decir si. Tenemos la mala costumbre de usar el descuido a diario, olvidando que los pequeños detalles importan, que los pequeños detalles construyen grandes caminos y que cada lunes, puede ser el mejor día de la semana. Tenemos la mala costumbre de quejarnos por todo, de culpar siempre al otro porque claro, tú eres un ser perfecto y nunca, nunca, haces nada. Siempre es la parte contraria. Decimos muy pocos te quieros y hacerlo por primera vez es como “buf que va, no vaya a ser que se asuste”. ¿Asustarse de qué? ¿Cómo una persona puede asustarse porque alguien le quiera?.
Asústate si algún día te vas a la cama sin sentir que quieres a otra persona.

Quien tiene magia no necesita trucos (y tú te la has llevado toda)

Cada día estoy más segura de que existen los amigos salvavidas. Que llegan por casualidad, o tal vez intencionadamente, y te cambian. Te cambian la forma de ver las cosas, de actuar. Te hacen abrir los ojos ante determinadas situaciones. Te dicen la verdad cuando hay que decirla, aunque duela. Aunque una verdad dicha por una persona que seguidamente tienes el 100% de sus ánimos no duele tanto. De una persona que nada más llegar te ha puesto la vida patas arriba. Que ha llegado un lunes, y te está haciendo los planes del sábado y domingo sin aún saber qué vas a hacer el martes. Y te repite cada día esos planes, no una vez, sino las suficientes como para acabar odiándoles. Bueno en verdad no. Es imposible odiar algo si va a estar esa persona. Y luego están sus preguntas de cada día, sin excepción, las de "me quieres?".
No hableis de rutinas botinas si no la conoceis a ella. Me da igual todo lo cursi que pueda sonar esto, pero es que ha dado tanto por mi en tan poco.. Y me quedo tan corta si me pongo a decir todo lo agradecida que estoy de que haya llegado.. Para mi la definición de suerte eres tú.

domingo, 11 de mayo de 2014

un desahogo al año no hace daño.

Que mejor que hacer un domingo a las 00:16 que pararme a pensar. Aunque no sé exactamente en qué. Tal vez en lo que tengo dentro, pero ni eso sé. Por tener, no tengo nada. Nada que me motive, que me haga despertarme pensando 'hoy me como el mundo', más bien el que me come es él a mi. No tengo una pizca de interés por absolutamente nada de lo que hago ni de lo que voy a hacer. Ni tampoco ilusión. Ni ganas. Con esto no quiero decir que las tuviera en un pasado, simplemente que ahora me veo rendida. No sé de qué exactamente. No puedo decir que esté mal por algo por que no es así, pero me canso de que sea siempre lo mismo. De que pasen los días y sean todos iguales. Y con la misma gente que no aporta nada. La verdad, me cansais tanto. Me cansa ver como vais de diferentes y sois todos iguales. Pero bueno, siempre quedan personas salvavidas, y por eso puedo dar las gracias muy fuerte porque a mi me ha tocado a una muy grande,capaz de salvar los malos días, las malas semanas e incluso las malas rachas. Rachas en las que,por increible que parezca, no tengo ni ganas de que sea verano. Si total, los días van a ser tan iguales como son ahora. Queda la esperanza de que llegue el día en el que levantarme sea una oportunidad para vivir una emoción nueva, o simplemente levantarme con ganas de vivir ese día por algo, lo que sea, pero algo que me llene. Porque es tan aburrido esto de sentirme tan vacía por dentro.