martes, 17 de diciembre de 2013

Y su luz nos ha dejado de volver tan locos. Ciegos, nos deja ciegos, y lo único que puedo decir
es que si esta noche no me oyes, supón que ha llegado el invierno a nuestras camas. Es una pena, una pena que lamenta hasta el cielo, que sumerge en acto de luto las pequeñas casas de mi cuidad a la decadencia de un crepúsculo. ¿En realidad? En realidad no ha pasado absolutamente nada aquí, dentro de mi; supongo que simplemente ha llegado el frío..

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