sábado, 28 de diciembre de 2013

Ese día llovía. 
Llovía hasta convertirse las calles en algo así como una sensación de cuando tienes un día en el que todo te sale mal. Pues así corría el agua. Y nosotros que corríamos en dirección contraria. Siempre a contracorriente, intentando hacernos fuertes de algo que acababa con nuestras fuerzas, y con nosotros mismos.

Recuerdo que llevabas el pelo mojado, y que te quedaba igual de bien que cuando salías de la ducha. Que llevabas la ropa calada, y recuerdo que esa camiseta te quedaba mejor cuando la tirabas al suelo. También recuerdo que yo llevaba calados hasta los huesos, con el miedo y el frío de una noche de tormenta no tan grande como aquella.

Recuerdo el calor de tus manos, siempre atentas a los peligros externos, otra vez salvando vidas. Recuerdo también la inclinación a la que caían las gotas sobre tu espalda haciendo precipicios de vértigo, como si no tenía suficiente con mirarte a los ojos.
Tu respuesta a mis porqués nunca me pareció buena excusa para dejar de verte
porque solo me decías que no había razones, simplemente que se había acabado.

Entonces, cuando te veía irte, con las manos en los bolsillos, como el que acaba de resolver un problema, comprendí que el amor es así. Y que también era bonito de alguna forma verte partir, porque de algún modo yo iba a seguir sintiendo exactamente lo mismo. Porque estés o no estés voy a seguir queriendo verte por aquí, que sigas siendo mi rompecabezas y que te resuelvas por ti mismo y que me resuelvas a mí. Que voy a seguir queriendo reírme haciéndote cosquillas, o que me abraces y no digas nada cuando sepas que no tienes que hacerlo. Voy a seguir queriendo que me mires cuando yo baje la mirada.

Entonces, fue, que te vi irte, comprendiendo que el amor no era esperarte ni haberte querido. Para mí el amor era esa mierda de quererte. El amor era verte ir, sin poder hacer nada para que te des la vuelta, me mires, y saber que estos dos segundos en los que solo has cruzado la calle han sido los peores de mi vida. El amor es no poder gritarte porque la lluvia sonaba mucho más. 

El amor es calarte, helarte, recorrerte, ganarte, perderte, perderme, follarte, soñarte, gritarte, sonreírte, escucharte, suicidarme.
El amor es tu canción favorita sonando en bucle.
El amor es tú yéndote mientras no parábamos de mojarnos.

El amor es que tú vuelvas para preguntarme que por qué odio la lluvia.
 
 
'Nos querremos mas que nadie pa que no corra ni el aire entre tu y yo'

¿Sabes? Al final acabas acostumbrándote al frío.

''—Hace frío. No aguantarás el invierno hasta tu casa.
—Lo llevo aguantando ya demasiado. Me he acostumbrado a estar sin ti. Al frío sin ti.
—Una noche. Prometo abrazarte. Prometo que no pasarás frío.
—El problema es que esta noche puede que no pase frío, por tus brazos. Pero estoy segura de que mañana no estarán ya por la noche y entonces será vuelta a mi rutina, a mi ruina. Vuelta al diciembre solo con la almohada. Volverá a ser lo mismo, ¡joder! ¿Es que no entiendes que no te quiero solo para el calor de una noche? Hace frío sin ti— coge un cigarrillo y se lo enciende con la vela que había en el centro de la mesa.
—Es que yo no puedo estar seguro de quererte en mi cama todas las noches que me quedan.''

No vale de nada ser bueno, porque de bueno te acaban tomando por tonto.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Puede que no sea la persona más fuerte del mundo. Sé que soy débil y que a la mínima me derrumbo, pero que no sea fuerte no significa que me vaya a dejar pisar y ver mal. Sé que soy joven y me queda mucho por aprender, pero también he vivido bastantes cosas. Y he aprendido que no vale de nada luchar por alguien o algo que no vale la pena ni dejarse ver mal por nadie. Así lo único que se consigue es mostrar tu lado débil y que los demás se crezcan contigo. Y desde luego que no estoy dispuesta a dejarme pisar. Ya no. Ya no soy la niña tonta de antes que se lo callaba todo. No estoy dispuesta a perder el tiempo y tengo muy claro lo que quiero y lo que no quiero. Y tengo muy claro que las personas que no valen la pena acaban por irse y que me sobran dedos de una sola mano para contar los verdaderos amigos.

martes, 17 de diciembre de 2013

Y su luz nos ha dejado de volver tan locos. Ciegos, nos deja ciegos, y lo único que puedo decir
es que si esta noche no me oyes, supón que ha llegado el invierno a nuestras camas. Es una pena, una pena que lamenta hasta el cielo, que sumerge en acto de luto las pequeñas casas de mi cuidad a la decadencia de un crepúsculo. ¿En realidad? En realidad no ha pasado absolutamente nada aquí, dentro de mi; supongo que simplemente ha llegado el frío..

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Para siempre,para todo

Pues hoy me he levantado con ganas de agradecerle al mundo, a dios, a mi anterior colegio, a perez o a quién sea, el haberme hecho conocer a una persona. A la persona mas verdadera e increible que he conocido nunca. A la persona que ha estado ahí siempre,a mi lado, al 100%, sin dejar que no sonriera ni un momento. La persona que me dice la verdad por mucho que duela, la que me protege de muchos golpes. La que me anima, me apoya en todo momento. La que no deja de sorprenderme cada día. Pues bien, ¿sabéis quién es esa persona? Es una chica morena, de ojos marrones, pero no corrientes, no, son un marrón miel. También lleva una sonrisa permanente en la cara, y se hace la dura, aunque yo sé que en el fondo solo lo intenta aparentar para no dejar que la hagan daño. Esa chica es mi mejor amiga, se llama Alicia, y desde luego que no busqueis a una mejor porque no la vais a encontrar. Que no hay nada como tenerte cada día, saber que estamos más unidas que nunca y que por nada del mundo nos vamos a romper. Dicho todo esto, solo me queda decirte que lo que te quiero no lo sabe nadie. Gracias por mucho.